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| El olor nos atrae |
Elegimos a nuestra pareja por su olor corporal, investigaciones recientes indican que existe una relación entre “la pareja por olfato” y los antígenos leucocitarios humanos —abreviados HLA (acrónimo inglés de Human leukocyte antigen).
En los animales, la compatibilidad inmunológica determina la variación individual de la elección de pareja y se transporta en parte por señales olfativas. El complejo mayor de histocompatibilidad o MHC (acrónimo del inglés major histocompatibility complex) representa una parte del sistema inmune adaptativo. moléculas de MHC se encuentran en la superficie de las células y desempeñan un papel clave en la discriminación entre endógeno y exógeno, del material potencialmente patógeno.
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| Buscamos diferencias inmunológicas |
¿Por qué? La respuesta es simple, genéticamente buscamos un sistema inmunológico con características diferentes al nuestro para que la descendencia genética se más “fuerte” y pueda prosperar. La descendencia hereda la mezcla de los componentes genéticos de los progenitores.
Nuestro sentido del olfato nos permite identificar aquella pareja que sea más diferente y genera la atracción sexual y los deseos de procrear.
La saliva y el sudor son nuestras principales herramientas de conquista y no un buen perfume francés. Quizás esto explica la razón de que algunas personas nos parecen atractivas con “ese que se yo”.


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